domingo, 26 de febrero de 2012

[Resumen del Manga] Saga del Jinchuu (Parte 8/?)




Por: Moon Slayer 

El funeral de Kaoru fue realizado en medio del dolor de aquellos que la conocían, pero hacía falta alguien importante: Kenshin, el cual desapareció inmediatamente después de ver como Kaoru fallecía. En el hogar de Kaoru están reunidos Megumi, Yahiko, Tsubame y Sanosuke, preocupados por saber el paradero de Kenshi,n ya que no se ha sabido nada de él desde la noche inmediatamente anterior. Justo en ese momento uno de los amigos de Sanosuke llega a la casa de la fallecida para avisar que han encontrado finalmente a Kenshin, pero que no es conveniente que las mujeres y los niños vayan a donde él está: un lugar donde lo más bajo y olvidado de la era anterior y de la sociedad japonesa se conglomera, un lugar llamado Rakunin mura (o “Pueblo de los desposeídos”). Al llegar allí encuentran a Kenshin en un estado más que lamentable, con la mirada perdida y con su Sakabatô a modo de bastón y con la empuñadura amarrada a una cadena con la intención seguramente de no volver a desenvainarla jamás.



Ni siquiera los gritos y golpes de Sanosuke logran sacarlo del trance en el que está, por lo que finalmente optan por dejarlo allí mientras decide volver a recuperarse. Poco después Sanosuke decide irse de la ciudad argumentando que no conviene seguir a alguien que está muerto estando vivo. Mientras tanto, Yahiko se encontraba caminando en el puente donde conociera a Kenshin tiempo atrás y reflexiona mucho de lo que va a hacer de ahora en adelante al respecto, cuando en ese instante, se encuentra con Misao y Aoshi, quienes recién llegaban a Tokyo. A Misao le sienta muy mal la noticia de la muerte de Kaoru, pero su temperamento y modo de ser, la sacan adelante y le enseña a Yahiko, el encargo que Kaoru le dijo que trajera de Kyoto: el diario de Tomoe; con la intención de que Yahiko como discípulo de Kaoru, tenga la misión de mostrárselo a Enishi y así hacerle ver que lo que hizo estuvo mal. El ambiente está bastante tétrico ya que, con Sanosuke saliendo de la ciudad, con Kenshin en el estado anímico en el que está, Yahiko ahora sí siente que su sueño podría llegar a tener un final trágico. No obstante, el único que parece mantenerse centrado en sus acciones es Aoshi, el cual le pide a Megumi que le cuente detalladamente lo que sucedió. Yahiko y Misao por su lado tratan de hacer lo que esté a su alcance para sacar a Kenshin del estado anímico en el que está partiendo al Rakunin mura, lo cual no le hace mucha gracia a los habitantes del lugar quienes como regla, se cuidan los unos a los otros, y los atacan. Sólo la intervención de un extraño anciano a quien todos los habitantes de la zona llaman Oibore (おいぼれ o viejo tonto) logra sacarlos de problemas. Luego de deprimirse más al ver a Kenshin en el estado en el que está, lo dejan junto al anciano. Éste le responde a Kenshin que, el hecho de que tanta gente haya venido a buscarlo es el indicativo de que su momento de estar en este lugar no había llegado todavía.

Cuando Yahiko y Misao llegan al dôjo, notan a Megumi furiosa con Aoshi, la razón: Aoshi sospecha que le han tendido un engaño a Himura por lo que, contra todos los deseos del resto, deciden exhumar el cadáver de Kaoru. Aunque la protesta de todos es evidente, Aoshi impone su punto de vista analítico. Aoshi lo demuestra cuando les enseña como el Iwambo que Sanosuke trajo, estaba comenzando a pudrirse al estar hecho de partes humanas entre huesos, grasa y músculos. Megumi se resiste a creer en las palabras de Aoshi ya que ella misma realizó la certificación del cadáver de Kaoru y notó como ésta sangraba y perdía su temperatura corporal. Aoshi le responde a Megumi que el hecho de ser tan apegada a Kaoru, la haya hecho perder su calma profesional y además, Aoshi afirma tener conocimiento de unas artes especiales las cuales hacen que se puedan fabricar réplicas exactas de seres humanos para usarlos como sustitutos de los originales y así hacerlos pasar por muertos, salvo una inspección a fondo del cuerpo de la persona. Aoshi sospecha que dichas técnicas fueron usadas para dicha finalidad por lo cual persiste en la idea de exhumar el cuerpo de Kaoru. 

A pesar de las protestas, esa misma noche se lleva a cabo la exhumación del cuerpo de Kaoru, dejando entrever que ésta no se había comenzado a descomponer, casi como si estuviera durmiendo. Megumi insiste en su teoría pero Aoshi le dice que bajo exámenes externos no hay forma de comprobar lo que ha dicho por lo cual deberán abrir el cuerpo. Megumi intenta impedirlo pero Yahiko la detiene, afirmando que si existe una posibilidad, aunque sea una en un millón, no dudará en ponerla a prueba, por lo cual le permite a Aoshi abrir el cadáver. Para asombro y horror de Megumi, descubren que el interior del cuerpo está rodeado de un complejo mecanismo de alambres y sogas lo cual les hace confirmar la hipótesis de Aoshi: Kaoru está viva. 

 
Como Aoshi lo supuso, Kaoru está viva, pero se encuentra prisionera en las manos de Enishi. Al despertar, se percata de que no hay guardias ni nadie que la detenga, pero para su desgracia, se encuentra prácticamente incomunicada del resto del mundo en una isla muy alejada de la civilización dentro de la bahía de Tokyo, lejos de otras islas. Enishi le explica a Kaoru que esta isla es usada por su grupo para el tráfico de armas como punto intermedio. Kaoru se sorprende de estar aún con vida pues había escuchado que Enishi era alguien muy despiadado y era capaz incluso de asesinar. De vuelta al dôjo, Misao muy contenta con la noticia de que Kaoru estaba con vida, destroza el altar funerario que representaba a Kaoru, por supuesto con el regaño posterior de Yahiko, quien le indica que debe de limpiar el desorden.

Aunque saben que Kaoru está viva, Aoshi considera poco conveniente decirle a Kenshin la verdad, ya que, si se entera de esto, es seguro que cargue imprudentemente contra Enishi y esta vez Kaoru sí podría morir, lo cual dejaría al Hitokiri sumergido de nuevo en las profundidades de su culpa. Aoshi les explica a todos que Kenshin debe aprovechar estos momentos de depresión para encontrar por su cuenta la respuesta a toda una vida de asesinatos y como debe de compensar por ello. Sólo así, podrá volver a ser el Kenshin de siempre y podrán ir a buscar a Kaoru. Yahiko se limita a comentar que Aoshi habla por experiencia propia, cosa que no pone contento al frívolo guerrero. Al día siguiente, Misao y Yahiko deciden infiltrarse en los cuarteles de policía con la esperanza de encontrar una pista que los lleve al escondite de Enishi, sin embargo, todo es inútil pues Aoshi y Megumi logran obtener la información sin problemas. Para su sorpresa, Saito ya estaba más que enterado que Kaoru estaba viva por ciertos documentos encontrados en la mansión de Enishi y por el espacio vacio que el Iwambo número 3 tenía en su espalda, cuyo tamaño permitía fácilmente introducir a una persona adentro.

Lógicamente dicha información no los deja felices, especialmente cuando ven que Saito se muestra más interesado en desmantelar la organización de Enishi que en la vida de Kaoru. Finalmente Yahiko hace un trato con Saito en el que, a cambio de desmantelar la organización de tráfico de armas, les indique donde es que Enishi mantiene prisionera a Kaoru para que así ellos vayan por ella sin que la policía intervenga. Saito, mostrándose divertido, les dice que el escondite de Enishi está en la desembocadura del río Arakawa que conecta con el mar, al sospechar ellos que están transportándose por vía marítima para llevar las armas, y por si no fuera suficiente, ya saben que en ese momento otro miembro de la organización de Enishi, va en camino a Japón, lo cual acelera el flujo del tráfico de armas, cosa que Saito no va a permitir.

En la isla mientras tanto, Kaoru ve atracar en la orilla el barco que carga consigo los suministros el cual llevaría a Gein de regreso a la costa argumentando que tiene algo que hacer en la ciudad, cosa que preocupa a Enishi pues teme que pueda revelar algo de lo que sabe sobre la organización y más aún, revelar que Kaoru está viva por lo cual decide que Gein debe ser eliminado. El barco, por supuesto, trae consigo al segundo hombre de la organización, un hombre llamado Wuu Heishin, en compañía de sus cuatro guardaespaldas. Gein se da cuenta como es que Heishin complementa la sociedad con Enishi al ser él el encargado del sector administrativo, lo cual le da al grupo el poderío que posee. Sin embargo, la historia es diferente, ya que al haber sido efectuado el mencionado Jinchû de Enishi, la jefatura de la organización pasará a manos de Heishin, sin embargo nadie cree en tal posibilidad. Por otro lado, Kaoru ve en el barco una posibilidad de poder escapar rumbo a casa, pero se cruza con Enishi quien en ese momento para sorpresa suya, sufre un colapso en el cual, el joven comienza a gritar desesperadamente el por qué su hermana ya no le sonríe. Cuando ve a Kaoru, Enishi la ve como el reemplazo de Tomoe y se lanza demencialmente a Kaoru con la intención de estrangularla, pero su misma locura consigue hacer que Kaoru se salve de ser asesinada por Enishi haciendo que ésta comprenda la razón del por qué Enishi no la asesino. No es que haya querido matar a Kaoru, sólo que su demencia lo coloca en un punto donde, cuando quiere matarla simplemente no puede hacerlo. Desgraciadamente toda la conmoción le impide a Kaoru poder abordar el barco de suministros, cosa que por el contrario hace Gein. Supuestamente a Gein, los hombres de Wuu Heishin lo matarían una vez abordara la embarcación pero es Gein quien mata a sus asesinos demostrando su manejo con sus cuerdas de titiritero las cuales usa como arma. Gein se va de la isla despidiéndose de esta forma del grupo. Al día siguiente tenemos a Kaoru y a Misao buscando desesperadamente a Kaoru con base a la información que Saito les ha dado, pero el área es demasiado grande para ambos por lo cual optan por volver a casa. Por su lado, Kaoru se ha quedado sola en la mansión de Enishi y tiene que prepararse su propia comida. Llevada por su buena naturaleza, también le prepara algo a Enishi (aunque tal vez sea para vengarse). La actitud de Kaoru suaviza un poco a Enishi quien ve tras ella una imagen de su hermana, aunque por supuesto eso no evita que comente sobre lo horrible de la sazón de su prisionera. De regreso al dôjo, Yahiko y Misao se cruzan con el anciano del Rakuninmura quien realizaba su ruta de mendigaje al cual invita Yahiko adentro para darle algo de comer. Mientras esperan, converzan un poco y Yahiko nota que el viejo alguna vez fue un samurái, pero el viejo le dice que lo dejó todo por su propia debilidad perdiendo tanto a su hija como a su hijo. Algo misterioso, le dice igualmente que aunque hay cosas que se puden perder fácilmente cuando se vive mucho tiempo y que pueden recuperarse, hay otras que pueden ser desechadas por voluntad propia y no pueden recuperarse. Yahiko nota por la cara y el tono de voz del anciano, que se refiere a Kenshin y que además guarda para sí algún secreto. Por supuesto, Misao al ver al viejo irse se siente aliviada pero triste pues su querido Aoshi no ha regresado tampoco para pasar la noche con ellos. 

Sin embargo sin que Misao lo supiera, Aoshi ha estado actuando por su cuenta ya que ha preparado una celada para atrapar a Gein, y tal como él lo predijo, Gein iría al cementerio esa misma noche a desenterrar el cuerpo falso de Kaoru. Cuando Gein desentierra el féretro y lo abre, sale una red de su interior la cual lo toma por sorpresa. Sin embargo los alambres cortantes de Gein fácilmente repelen la red y posteriormente se enfrenta con Aoshi al cual le exige que le entregue su más preciada creación de la que se siente orgulloso ya que con ella pudo engañar al mismísimo Battôsai. Sin embargo mostrándose indiferente a la petición de Gein, Aoshi le pregunta al titiritero por el paradero de Kaoru, lo cual Gein no contesta y continua atacando con sus alambres a Aoshi quien fácilmente los esquiva con sus movimientos de “caída de agua” el cual le permite a Aoshi colocarse detrás del titiritero. La lucha que sigue, demuestra o mejor de ambos adversarios, tanto el estilo de lucha de Aoshi como las extrañas habilidades de Gein el cual explica que, para utilizar algo tan pesado como el Iwambo número 3, hace falta poseer una fuerza extraordinaria lo suficientemente grande como para poder manipular a la enorme máquina solo con los dedos. Gein demuestra su fortaleza haciendo saltar las rocas alrededor de Aoshi. Pareciendo que la lucha acabara en un empate pero, pronto nos damos cuenta de que es Aoshi quien en realidad lleva la delantera al efectuar un corte limpio en la máscara de tela del titiritero, revelándose de esta forma que Gein en realidad es un hombre sumamente viejo. 


Lo que sigue a continuación es que, el árbol de donde Gein estaba colgándose para poder mantener cierta distancia con Aoshi, se parte en dos gracias a un corte limpio del elegante estilo de lucha de Aoshi, lo cual obliga a Gein a saltar de árbol en árbol buscando una posición defensiva desde donde poder atacar. Aoshi entiende que Gein sólo está interesado en recuperar a su preciada muñeca por lo cual le prepara una trampa en la fosa donde estaba enterrado el falso cadáver de Kaoru. Cuando Gein llega y ambos se enfrentan de nuevo, éste le dice a Aoshi que ya no tiene nada que ver con Enishi, por lo cual no duda en darle la ubicación del escondite actual de éste, cerca de la cuenca del río Arakawa en una isla cercana dentro de la bahía de Tokyo donde está localizada una mansión perteneciente a Wuu Heishin. Pero esto no es suficiente para Aoshi y fingiendo que quiere hablar más con Shinomori, el anciano despliega una tela de araña metálica empapada en combustible rodeando a Aoshi con la intención de hacerlo arder. Considerando a Aoshi atrapado, le exige que le entregue su preciada muñeca ya que está ansioso de darle mantenimiento. Para enojo de Gein, Aoshi comenta que incineró el cuerpo para liberar de esta manera a los cuerpos humanos utilizados en su fabricación. Gein furioso, activa la trampa pero en el último segundo, Aoshi ataca con su Kaiten Kenbû Rokuren liberándose de la trampa y pasando a controlarla dejando a Gein atrapado. Desesperado al notar que Aoshi tiene el control de la situación, intenta hacer un trato con el líder de los Oniwabanshû pero lejos de dejarse manipular por este titiritero, Aoshi no está dispuesto a permitir que un hombre con técnicas tan siniestras como Gein, siga vivo por lo cual lo mata al encender la tela quemando a Gein y todo lo que estaba a sus alrededores. Al día siguiente, Saito llega a la escena del fuego y descubre los restos quemados de Gein y a Aoshi ileso sin quemadura alguna, puesto que se refugió en la fosa donde la muñeca de Kaoru estaba enterrada. Con la información en su poder, Aoshi y Saito parten al escondite de Enishi. 

Continuará...
 

2 comentarios:

  1. Me gustaría decirte que hay un par de líneas que debes de corregir porque por un error de dedo de mi parte, no tuve tiempo de revisar el script.

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    1. Ok, lo revisaré. Justo esta vez tampoco tuve mucho tiempo de revisar.

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