domingo, 4 de marzo de 2012

[Resumen del Manga] Saga del Jinchuu (Parte 9/?)


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Por: Moon Slayer 

Mientras tanto,en el Rakuninmura, los desposeídos del lugar se acercan al anciano Oibore para ver si éste trajo algo de comida para ellos. Desafortunadamente, no trajo nada más que una botella con el característico perfume de ciruelo blanco que Tomoe solía usar. Este aroma tan lleno de nostalgia hace reaccionar a Kenshin, ya que este la hace recordar a Tomoe y el hecho de no haber podido salvar a Kaoru cuando más lo necesitaba, por lo que le dice al viejo que aleje el perfume de él. El anciano se le acerca a Kenshin y muy sabiamente le explica las propiedades del perfume y le dice que el aroma del mismo ayuda a calmar al espíritu y le trae igualmente los buenos recuerdos de su pasado.


Image Hosted by ImageShack.usEntretanto, en la ciudad, Yahiko decide que como no ha tenido mucho descanso en los últimos días, lo mejor para él es ir a buscar a Tsubame para darle ánimos, puesto que ella continua devastada por la noticia de la supuesta muerte de Kaoru; sin embargo en el fondo, Yahiko sabe que debe de mantener la farsa por consejo de Aoshi ya que esto evitará que sus enemigos descubran la verdad. Como sea, Yahiko le dice a Tsubame que una vez que todo esto termine, todos regresarán a salvo.

De pronto, en las celdas del comando de policía, el infierno se desata por cuenta de Kujiranami, quien, al escuchar a unos policías mencionar a Kenshin, se vuelve loco y escapa de su celda, armándose con un lanza granadas que trajo como arma de repuesto para el ataque al dôjo Kamiya y se lo adosa a su muñón con la intención de desatar un caos en la ciudad, gritando salvajemente y exigiendo la presencia de Battôsai. La policía sale rápidamente a alertar a los ciudadanos y Yahiko se da cuenta de lo que está sucediendo. Intercepta a un cadete y le pide que le de explicaciones (a su estilo) quien le confirma sus temores y le dice además que Saito no se encuentra en la ciudad, por lo cual Yahiko muy valientemente sale al encuentro con Kujiranami. A pesar de su edad, Yahiko rápidamente crea la mejor estrategia para enfrentar a Kujiranami y se la comunica a los otros oficiales de policía (entre ellos el anterior cadete de nombre Shinichi). Aunque los oficiales de mayor rango se sorprenden con lo que el niño les dice, es Shinichi quien comprende mejor las intenciones de Yahiko y acepta ayudarle con su plan. De pronto pueden ver a lo lejos la ominosa y enloquecida figura de Kujiranami quien, armado con el lanzador de granadas, grita a viva voz el nombre de Battôsai al tiempo que dispara indiscriminadamente. La barrera de los oficiales no es rival para el arma de Kujiranami, quien da cuenta de ello y Yahiko se da cuenta que, a pesar de que el lanzador de granadas no es tan poderoso como el cañón Armstrong, esta arma permite a su usuario efectuar un mayor número de disparos consecutivos. A duras penas, Yahiko logra esquivar la mayor cantidad de tiros posibles impresionando a los oficiales. Yahiko se acerca al gigante y éste le grita a Shinichi haciendo que éste lo sorprenda por el otro lado gracias a la estrategia que ambos acordaron, dándole un fuerte golpe a la cabeza a Kujiranami pero sin que esto lo afecte en lo más mínimo. Yahiko aprovecha la distracción del gigante para conectar un poderoso golpe con su shinai a la unión del brazo con el arma, siendo este un punto vital, afecta seriamente a Kujiranami, haciéndolo retorcerse de dolor para impresión de los oficiales, quienes reconocen la valentía del niño.
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Inspirados por la valentía de Yahiko, los otros oficiales se unen al ataque. Pero desgraciadamente, un niño pequeño que se encontraba extraviado por culpa de la confusión y el pánico se encuentra en la zona de combate buscando desesperado a su papá y Kujiranami entonces, centra su atención en el pequeño, provocando que Yahiko salga rápidamente a correr para poner a salvo al pequeño aunque termina siendo herido por la explosión de la granada disparada. La explosión es oída a lo lejos por Tsubame, quien teme por Yahiko, pero éste ha logrado salvar al pequeño, cumpliendo así la promesa que le hizo a Kenshin en el Rakuninmura de no permitir que nadie muriera ante sus ojos. 



Image Hosted by ImageShack.usAunque con las heridas producidas por la explosión, Yahiko ha podido proteger al pequeño. Kujiranami entonces, producto de su propia locura, se dirige a Yahiko como si éste fuera Battôsai. Yahiko en ese momento le dice al niño que, cuando vea la oportunidad, corra sin voltear a mirar atrás. Cuando llega el momento, Yahiko se lanza contra el gigante y le grita al pequeño para que salga a correr, pero antes de que el monstruoso ser dispare, los policías que se encontraban en el lugar se lanzan contra él para impedírselo. Kujiranami se deshace de los policías con completa facilidad y centra su atención en Yahiko, quien está ahora a su alcance. Yahiko se planta frente al gigante y lo reta diciéndole que Kenshin no está debido a que ahora está teniendo una lucha consigo mismo y que no puede ser interrumpido por alguien como él. Lo reta y no se amilana ante la enorme figura. 

En la clínica del doctor Oguni, Misao y Megumi están atendiendo a los heridos que llegan cuando reciben la noticia de que un niño armado sólo con un Shinai está enfrentándose al prófugo que se escapó de la cárcel. Cuando caen en la cuenta que el niño es Yahiko, ambas parten inmediatamente al lugar. Por otro lado, en el río Arakawa, Aoshi y Saito han dado cuenta de 50 guardaespaldas y han descubierto finalmente la localización de la isla secreta de Enishi. Pero en ese momento, el aviso de la policía sobre lo que está ocurriendo en la ciudad hace que Saito tenga que regresar. En la ciudad, mientras tanto, Yahiko sigue inmóvil ante la enorme figura. Su mente está firme y su resolución es definitiva. Su deseo de proteger a los demás y su anhelo secreto de poder superar a Kenshin alguna vez, encienden su espíritu de lucha, haciendo incluso que una hoja que pasara cerca de él, sea cortada en dos antes de siquiera tocarlo. Shinichi explica que esto es el Keiken o la fuerza de un espadachín reflejada en sus acciones. De pronto Yahiko se lanza al ataque y el gigante responde con su arma como si de un mazo se tratase. Yahiko adopta la postura de la técnica suprema de la escuela Kamiya Kasshin y recibe todo el impacto de la ira del gigante. Los policías ven con admiración como Yahiko no solo aguantó el poderoso ataque sino que además aprovechó el impulso que llevaba para conectar un segundo ataque, esta vez a la altura de la parte baja del brazo, provocando que el gigante se paralice por el dolor (ya que ese es un punto vital de acuerdo a las enseñanzas de Kenshin). Sin embargo, a pesar del doloroso ataque, Kujiranami no se amilana y furioso, descarga de pleno un poderoso golpe que aplasta a Yahiko contra el suelo. 

Tsubame, que no puede aguntar más la angustia y que se muestra desesperada, corre en busca de la única persona que quien cree, puede ayudar a Yahiko en ese momento: Kenshin. Pero Tsubame queda horrorizada al ver el estado en el que Kenshin se ha reducido y a pesar de que los desposeídos la quieren sacar, Tsubame grita desesperadamente a Kenshin para que se levante y ayude a Yahiko. Entretanto, Kenshin se encuentra sumergido en sus recuerdos, recordando todo por lo que pasó desde que conoció a Hiko y recibió todas las enseñanzas del Hiten Mitsurugi Ryû, pasando por los buenos momentos que vivió junto a sus amigos hasta el momento cuando vio a Kaoru muerta. De pronto, la voz de Tsubame comienza a sacarlo de su ensimismamiento y ésta apresuradamente le cuenta la situación en la está Yahiko. Sin embargo Kenshin aparentemente no reacciona a sus ruegos y el viejo le pide a los demás desposeídos que escolten a Tsubame fuera de ese horrible lugar. Luego se sienta a conversar con Kenshin, diciéndole que para estar en ese lugar, no importa en lo absoluto quien haya sido él, que, a menos que haya decidido abandonarlo todo en algún momento, se levantaría y dejaría este lugar. Kenshin le insiste al viejo al decirle que todavía no ha encontrado las respuestas que está buscando para comenzar a redimirse por su vida como asesino. Luego con total sabiduría le dice que a pesar de las dudas que abundan en su corazón, su mano sigue sujetando su espada con total firmeza y determinación, luego le dice que no ha dejado de lado su determinación y que más importante que nada, no ha olvidado que debe de decirle algo a alguien. Kenshin poco a poco recupera la compostura y acepta que no puede dejar que las personas que lo rodean sufran de nuevo y que aunque no tiene otra cosa más que una espada, hará todo lo posible por defender su felicidad. Con un rápido movimiento, Kenshin rompe las cadenas que mantenían sellada la empuñadura de su espada. Finalmente el Kenshin de siempre ha regresado.

Cuando uno de los desposeídos regresa luego de haber dejado afuera a Tsubame, nota que los eslabones de las cadenas están tirados en el lugar y se da cuenta igualmente que Kenshin ya no está. El viejo le comenta que llamarlo para tomar una venganza no es su verdad absoluta, pero que una llamada por ayuda, no importando lo bajo que sea el hecho, alcanzará su corazón. El viejo se burla del otro desposeído al comentar éste que deben de gustarle las niñas bonitas para haber permitido que Tsubame ingrese a este lugar y al tiempo le dice que le parece mal que el viejo comience a fijarse en mujeres comentando acerca del perfume que trajo y de las pinzas para el cabello (de mujer) que usa para sujetarse su larga cabellera. Entre risas, el viejo comenta que partirá a Kyoto a ver a su hija lo cual deja al desposeído sorprendido, sin embargo el anciano le dice que lo que va a visitar será su tumba. El desposeído le dice que es demasiado amable incluso con el samurái (refiriéndose a Kenshin) pero el anciano les dice que él es un caso muy especial, pues este muchacho, estuvo con su hija en el momento de su muerte (revelándose de esta manera que el anciano es el padre de Tomoe y Enishi).
Entretanto, en la ciudad, Yahiko, a punta de fuerza de voluntad, se pone de pie luego de recibir el brutal castigo de Kujiranami, ante la total incredulidad de todos los policías incluyendo a Shinichi, quienes al no saber su nombre, no pueden hacer otra cosa que llamarlo, joven. Yahiko se encuentra al límite de sus fuerzas y está por desfallecer mientras Kujiranami lo alza como si un muñeco fuera, agarrándolo de la cabeza y comienza a herirlo masivamente ante la mirada impotente de los policías y en especial de Shinichi, quien no puede creer que alguien como Yahiko, que cuando crezca se convertirá en una gran persona, encuentre la muerte a tan corta edad, sin haber logrado su objetivo en la vida. Kujiranami se dispone a matar a Yahiko con un disparo de su lanza-granadas y esto hace que Shinichi ruege porque alguien venga a ayudarlo. De pronto como si sus ruegos fueran respondidos, los nueve puntos vitales del cuerpo del gigante son abatidos por un poderoso Kuzu Ryû Zen, que lo tumba al suelo. Ante la alegría de las personas que conocen de donde viene el ataque y de la incredulidad de los que no, Kenshin Himura llega al campo de batalla. Justo en el momento en el que Aoshi y Saito llegaban en carruaje al lugar de los hechos y Misao y Megumi hacían lo propio. Saito dice que Battôsai finalmente ha llegado, pero Aoshi lo corrige diciéndole que el que llegó era Kenshin. Finalmente lo que Kujiranami estaba deseando ha llegado.
Image Hosted by ImageShack.usApenas ven llegar a Kenshin, Aoshi comenta que de seguro ha encontrado la respuesta a lo que Saito parece estar de acuerdo mientras que Megumi le grita a Kenshin que le permita curarlo. Kujiranami se levanta enfurecido y sin chistar, intenta dispararle a Kenshin pero éste es más veloz y con poderoso Ryû Shou-Zen, corta el lanzador de granadas haciendo que Kujiranami comience a recordar de este modo el momento cuando Kenshin cortó su brazo volviendo a sus cinco sentidos y le diga a Kenshin que gracias a la nueva era forjada por los Ishin-Shishi, su orgullo como samurái fue robado y ahora lo único que le queda es morir. Kenshin le responde que sin importar la razón que haya de por medio, él nunca volvería a arrebatarle la vida a una persona. Kujiranami, furioso, le grita que si no accede, asesinará a todos los que haya en el lugar. Yahiko se levanta y le dice que de cualquier modo se lo impedirá ya que siendo un Samurái, Kujiranami tiene que aceptar que Kenshin a pesar de serlo igualmente, tiene un modo de pensar diferente al suyo. Yahiko le habla duramente a Kujiranami diciéndole que con todas las atrocidades que ha ocasionado, lo único que ha conseguido es mancillar su honor. Kujiranami le pregunta por su nombre y Yahiko se identifica como tal, haciendo que Kujiranami se quite lo que queda de su lanzador de granadas y retroceda al ver que estaba peleando todo el tiempo con un descendiente de samuráis hasta que finalmente Kujiranami comienza a llorar y acepta finalmente su derrota siendo recapturado por las autoridades.
Las noticias sobre la derrota de Kujiranami a manos de Kenshin y sus amigos, así como el que Gein le revelara todo a la policía, llegan rápido a oídos de Enishi, quien al enterarse de labios de Heishin que Kenshin se ha recuperado, decide entonces, para espanto de Kaoru, matar a Kenshin, ya que en sus palabras, si un infierno en vida no le fue suficiente, le mostrará el camino de la muerte para que Tomoe una vez más sonría para él.

Continuará...
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3 comentarios:

  1. ufff gracias por esto, me lei los 9 capitulos y estaré pendiente de mas, es mi favorito este manga

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    1. Que bueno que te gusten los resumenes. Gracias por leerlo, tendremos más dentro de poco.

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  2. Hay que admitir que, la escena de Tsubame suplicandole a Kenshin para que se levante, me produjo un bawww enorme.

    Saludos.

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